El coursing se trata de una simulación de caza que se le hace realizar a dos galgos que compiten en perseguir a una liebre estrictamente artificial por un recorrido natural.
Los primeros comentarios del coursing ya se encuentran en los escritos de Flavio Arriano del siglo II. No obstante, el coursing moderno se remonta al siglo XVI, aunque el reglamento es del 1885, y la liebre que se usaba era de carne y hueso, mientras que hoy se usa un animal artificial, llamado señuelo.
El campo de competición mide de 500 a 1000 metros y cuando la liebre comienza a correr también comienzan los galgos, que van a perseguirla a gran velocidad. Hay un juez que le da a cada galgo un puntaje no solo relacionado con el hecho de haber llegado primero al final del recorrido, sino también por la inteligencia utilizada, la resistencia, la destreza y la reacción que tuvo: el puntaje máximo que se le puede dar es 200 puntos.
Este deporte es muy emocionante y satisface al perro, que se despierta del letargo de una vida sedentaria, y al dueño, que disfruta mirando a su perro en un entorno natural.