Si el perro gruñe, nos enfrentamos a un comportamiento que hay que vigilar muy cuidadosamente.
Nos ha pasado a cada uno de nosotros, al menos una vez, encontrarnos frente a un perro que gruñe. Pero cuidado: gruñir no es sinónimo de ladrar. Si el perro gruñe con frecuencia, hay algo que le preocupa: este sentimiento no se traduce necesariamente en una actitud agresiva hacia las personas, sin embargo, es una situación que debe manejarse con cierta atención.
De hecho, la inquietud de un perro gruñendo puede cambiar rápidamente, lo que lleva a una situación muy peligrosa. Un perro que ladra, en cambio, quiere comunicar algo, salvo en casos especiales, no nos estaríamos enfrentando a un caso de malestar agudo por parte del animal: no tendría que suceder nada grave, salvo excepciones, que pudiera desencadenar en una agresividad excesiva.
¿Pero, por qué gruñe el perro? ¿Cuáles son las causas más frecuentes de esta “advertencia ruidosa”? ¿Y cómo comportarse frente a un perro gruñendo? En este artículo responderemos a estas preguntas e intentaremos dar algunos consejos útiles sobre cómo proceder en estos casos.
Es necesario hacer al menos dos premisas:
- La primera es que, aunque podamos confiar en muchos estudios relacionados con la psicología de las razas de perros, no es posible saber qué piensa el animal que está frente a nosotros, el cual también puede estar molesto por un gesto nuestro incontrolado y/o involuntario.
- La segunda es que la prudencia nunca es demasiada: incluso si ya conocemos al perro al que nos enfrentamos, si nos encontramos cara a cara con un animal que gruñe, es bueno mantener una actitud muy vigilante, ya que todo puede pasar; y además muy rápidamente.
El perro gruñe: causas
¿Qué causa que el perro gruña? ¿Cuáles son las principales causas de estos “malcontentos ruidosos”?
En primer lugar, tratemos de ser más específicos: ¿qué queremos decir exactamente con el término “gruñir”? Es una forma de ladrar más rabiosa de lo normal, durante la cual, el perro muestra sus dientes a las personas que se encuentran frente a ellos, rechinándolos.
El perro se siente en peligro y esta es su manera de hacer que el “enemigo” entienda que está listo para atacar. En resumen, es un mecanismo de defensa, algo irracional o al menos impulsivo.
Las causas, como se ha mencionado, pueden ser múltiples, el perro gruñe por:
- Miedo;
- Protección;
- Defensa;
- Dolor;
- Agresividad, etc.
El perro se siente amenazado de alguna manera, y debemos tratar de no aumentar su sentimiento de malestar, evitando al mismo tiempo de ser atacados y⁄o heridos.
El perro gruñe siempre
Sin embargo, también debes evaluar la frecuencia de este comportamiento: si el perro gruñe siempre, continuamente, no puede ser una simple sensación de peligro.
¡Esto se debe a que el animal no puede sentirse en peligro las 24 horas del día! En este caso, una posible causa podría ser un trauma real que tu perro ha sufrido desde cachorro: entonces, es probable que nuestro amigo de cuatro patas perciba un poco de peligro en todas partes y termine gruñendo continuamente.
La agresividad tan pronunciada también podría ser causada por una patología física y no por un trauma psicológico: por ejemplo, el animal podría verse afectado por la rabia. En ambos casos es imprescindible consultar a un veterinario.
El perro gruñe: otra causa
Otra posible causa de la agresividad del perro podría ser un mal olor de su dueño o de aquellos que intentan acercarse a él. Recuerda que, por un lado, los perros están dotados de un sentido del olfato mucho más desarrollado que el nuestro y, por otro lado, pueden sentirse molestos por los olores que para nosotros los seres humanos son absolutamente normales o incluso agradables.
En este caso, por ejemplo, intenta cambiarte de ropa: a menudo es tu ropa la que está impregnada con un olor particular, tal vez un desodorante o un detergente demasiado intenso.
El perro gruñe: qué hacer
Sin embargo, no olvidemos que si el perro gruñe es porque simplemente… está mal o se siente mal. Un poco como nosotros los seres humanos cuando nos “enfadamos” con más facilidad porque tenemos alguna enfermedad o no nos sentimos muy bien, incluso el animal tiende a aumentar su agresividad en relación con algún problema físico.
Qué hacer: Observa cuidadosamente el comportamiento de tu perro, sus movimientos y todo su cuerpo (para comprender si tiene heridas externas visibles). Luego, trata de tranquilizar al animal, háblale tranquilamente, tratando de establecer una relación de confianza, un momento de relax.
Siempre evita los movimientos bruscos y grotescos, aleja a los niños (pueden ocurrir episodios de celos entre los amigos de cuatro patas y “los pequeños del hogar”) y, solo si ves que la situación parece estar bajo control, intenta acercarte para establecer un contacto. Tal vez, puedes hacerle un poco de caricias a tu perro. En resumen, asegúrate de que el animal no se sienta amenazado, sino mimado. Recuerda, refuerza con “premios” las actitudes correctas teniendo cuidado de no reforzar aquellas incorrectas.
Si el perro gruñe por miedo
Debemos representar para él una base segura. Como en la naturaleza, el líder no es el más agresivo, es el más fuerte, en el sentido de autoridad, de la misma manera que debemos ser para nuestro perro, el líder que necesita.
El perro debe percibir que estamos seguros de nosotros mismos, que estamos tranquilos y somos equilibrados, que podemos defenderlo incluso de lo que para él es una amenaza; solo así se sentirá protegido y adquirirá confianza en sí mismo.
Si tienes más dudas, puedes consultar a un profesional cerca de tu casa, que te brindará una buena atención y responderá a todas tus preguntas.
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