La gastritis en los perros puede ser más o menos grave, veamos por qué
La gastritis en los perros no es un problema considerado extraño. Es una enfermedad inflamatoria que afecta las paredes internas del estómago. Puede ser más o menos grave, y puede clasificarse como gastritis aguda o crónica.
Gastritis en perros: causas
Gastritis aguda en perros
Las causas que producen una aparición de la gastritis aguda pueden ser varias, las más comunes son la ingestión de cuerpos extraños, plantas tóxicas, sustancias químicas (fertilizantes, productos de limpieza del hogar, etc.), alimentos contaminados o pobres en nutrientes, y la ingesta de medicamentos que irritan la membrana mucosa del estómago (por ejemplo, el caso de los AINE o medicamentos con cortisona).
Otra causa de este tipo de gastritis es cuando el perro come demasiado y un poco todo lo que encuentra.
En casos más raros, la gastritis aguda se puede desarrollar después de la ingestión de heces de otros animales.
Gastritis crónica en perros
Hay diversas formas, y en la mayoría de los casos el padecimiento está relacionado a una exposición persistente o repetida a los factores que constituyen la forma aguda.
Otras causas de una gastritis crónica en los perros pueden ser debido a:
- La bacteria Helicobacter pylori,
- El parásito Physaloptera,
- Parvovirus,
- Moquillo,
- La poliposis gástrica,
- Algunas neoplasias (adenocarcinoma gástrico, gastrinoma y linfoma gastrointestinal),
- Enfermedades autoinmunes,
- Patologías hepáticas,
- Enfermedades renales.
Una forma particular de la gastritis crónica es la gastritis eosinofílica, que está generalmente vinculada a la exposición a alérgenos alimentarios.
El estrés también puede ser un factor causante del desarrollo de una forma crónica de la gastritis.
Gastritis en perros: síntomas y signos de la gastritis
Los principales signos y síntomas que caracterizan a la gastritis, tanto en la forma aguda como en la crónica, son vómitos (persistentes en las formas crónicas, y repentinos en las agudas), dolor abdominal e inapetencia. Dependiendo del caso, se puede notar la presencia de bilis o sangre en el vómito. La deshidratación es causada por la pérdida de líquidos provocada por los vómitos.
A menudo también se puede presentar pérdida de peso.
En casos de gastritis más severa, es posible notar sangre en las heces (como consecuencia de una úlcera gástrica).
Otros posibles síntomas son la salivación excesiva (probablemente cuando la causa de la gastritis está relacionada con la ingestión de sustancias tóxicas), debilidad, letargo, coloración amarillenta de las membranas mucosas y la opacidad del pelaje.
Gastritis en perros: diagnóstico
Excluyendo aquellos casos en los que se está seguro que el perro ha ingerido una sustancia irritante, el diagnóstico de una forma aguda se realiza mediante la exclusión basada en exámenes físicos y anamnésicos.
Sin embargo, si el problema parece ser de cierta gravedad, es recomendable hacer pruebas de laboratorio o diagnóstico por imágenes. Lo mismo puede hacerse si se sospechan otras condiciones patológicas.
En caso que el vómito y la inapetencia se resuelvan después de dos días de tratamiento, el diagnóstico de gastritis aguda se considera apropiado. Al ser un diagnóstico por exclusión, si la sintomatología no se reduce, o incluso tiende a empeorar, es apropiado realizar una ecografía, un hemograma y un perfil bioquímico.
Si se sospecha la presencia de una gastritis crónica, se recomienda un examen endoscópico, una investigación de diagnóstico que permite visualizar directamente la mucosa gástrica y tomar muestras.
Gastritis en perros: tratamiento
La gastritis aguda generalmente se trata con un tratamiento de fluidos por vía parenteral (que restablecerá los líquidos y electrolitos perdidos con los vómitos) y con la abstención de alimentos durante aproximadamente 12-24 horas; en muchos casos, esto es suficiente para que la situación vuelva a la normalidad.
Por unos días, es recomendable adoptar una dieta ligera y baja en grasas.
Si el problema está relacionado al consumo de ciertos medicamentos, se debe evaluar la posibilidad de un enfoque terapéutico o tratamiento diferente.
El tratamiento de la gastritis crónica depende específicamente de la causa subyacente; según los casos específicos y la forma de gastritis crónica, van desde la adopción de una dieta adecuada, hasta terapias farmacológicas (por ejemplo, el suministro de medicamentos como la ranitidina o el omeprazol).
Las posibilidades de intervención son más limitadas si la gastritis está relacionada con la presencia de un tumor o una enfermedad autoinmune. Es trabajo del veterinario establecer el protocolo de tratamiento más apropiado en estas situaciones particulares.
El enfoque quirúrgico debe evaluarse si el trastorno gástrico se debe a la ingestión de un cuerpo extraño que queda atrapado en el estómago y no puede extraerse mediante una endoscopia.
Si tienes más dudas, puedes consultar a un profesional cerca de tu casa, que te brindará una buena atención y responderá a todas tus preguntas.
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