La leishmaniasis en los perros es una patología que no se debe subestimar
La leishmaniasis canina es una enfermedad infecciosa que se transmite a través de la picadura de un mosquito, (Phlebotomus), que actúa como un vector para el protozoo responsable de la enfermedad. El protozoo vive dentro del insecto, que luego lo inocula sin saberlo al animal a través de su picadura. Se ha hecho una enfermedad endémica presente en más de 70 países. Debido tanto al cambio climático como al aumento de la circulación de personas. Siendo una enfermedad que también se transmite a los humanos.
No todas las razas de perro son igual de susceptibles a la enfermedad, algunas como el Bóxer, Rottweiler y Pastor Alemán son más predispuestas a su desarrollo. Y otras, como el Podenco Ibicenco, más resistentes a la misma.
Leishmaniasis en perros: síntomas
Los síntomas de la leishmaniasis canina son diferentes, lo que hace que el diagnóstico a veces sea difícil y no inmediato.
La infección afecta el sistema inmunitario del perro y puede manifestarse por:
- Falta de apetito,
- Pérdida de peso,
- Hinchazón y dolor en las articulaciones,
- Hemorragia nasal,
- Afecciones Dermatológicas (úlceras, despigmentación de la nariz, pérdida de pelo, dermatitis),
- Crecimiento excesivo de las uñas,
- Ganglios linfáticos inflamados,
- Infecciones oculares,
- Insuficiencia renal,
- Agrandamiento del hígado y el bazo.
Precisamente, debido a estos síntomas tan generales, a veces el veterinario puede que no se dirija inmediatamente hacia la identificación de la leishmaniasis y puede someter al perro a diferentes exámenes pensando en otras patologías.
A esto se agrega el hecho de que los períodos de incubación pueden ser muy largos (desde un mes hasta incluso siete años), por lo que el perro puede permanecer muy asintomático incluso después de haber contraído la enfermedad.
En cualquier caso, la leishmaniasis en el perro es una enfermedad crónica que produce un daño progresivo al cuerpo y puede provocar la muerte.
Leishmaniasis en perros: prevención
Dado que la leishmaniasis en los perros es una enfermedad para la cual no existe una cura definitiva, la prevención es esencial.
Por lo tanto, es importante usar productos antiparasitarios efectivos: en los comercios hay muchos, con la posibilidad de elegir entre las pipetas que se aplican mensualmente en la piel del animal, o los collares antiparasitarios que tienen una validez generalmente trimestral.
Desde 2011, también se ha introducido una vacuna contra la Leishmania en Europa, pero aún no puede eliminar completamente el riesgo. De hecho, el porcentaje de propagación de la enfermedad no disminuyó incluso después de la comercialización del medicamento, lo que significa que todavía está lejos el descubrimiento de un producto realmente efectivo.
La mejor prevención sigue siendo la indirecta, incluida una revisión periódica del perro para descartar la enfermedad, simplemente haciendo una muestra de sangre una vez al año, que permita en diez minutos saber si nuestra mascota ha estado en contacto o no con el parásito.
Un diagnóstico precoz permite, en caso de contagio, garantizar una mejor calidad de vida al animal.
Otra precaución importante consiste en mantener al perro dentro de casa durante la puesta del sol y por la noche, ya que es el momento en que el insecto responsable de la transmisión de la enfermedad afecta más.
No es casual que los perros pequeños que no se tienen tanto al aire libre en la noche, se vean menos afectados estadísticamente por la infección.
Leishmaniosis en perros: tratamiento
La leishmaniasis en los perros es una patología sin cura pero tratable.
Esto significa que, dado que el parásito no se puede erradicar completamente del organismo del perro, tratamos de reducir los síntomas causados por la enfermedad tanto como sea posible, administrando los tratamientos adecuados de acuerdo con el síntoma que ocurra.
Si la leishmaniasis en el perro se reconoce a tiempo, se puede obtener en muchos casos incluso la desaparición de los síntomas durante largos períodos de tiempo, asegurando así al perro una buena calidad de vida, especialmente en aquellos casos en los que la función renal no ha sido comprometida.
La desaparición de los síntomas no significa que la enfermedad ha sido erradicada: en alguna parte del cuerpo del perro el parásito vive y de nuevo puede ocurrir una recaída que requerirá nuevamente ser tratado farmacológicamente con un tratamiento adecuado, así que es bueno que los perros y las personas afectadas por leishmaniasis continúen siendo controladas, incluso cuando están asintomáticas.
Si tienes más dudas, puedes consultar a un profesional cerca de tu casa, que te brindará una buena atención y responderá a todas tus preguntas.
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