Polidipsia y poliuria en perros: ¿qué es?
El término polidipsia se refiere a una sensación continua de sed que se manifiesta a través del consumo excesivo de agua. Este último, a su vez, conduce a la aparición de poliuria, es decir, a la formación y emisión de grandes cantidades de orina.
Normalmente, el perro toma alrededor de 40-80 mililitros de agua por kilogramo de peso corporal por día. En el caso en que, en condiciones ambientales normales, la cantidad ingerida es mayor que la indicada anteriormente, hablamos de polidipsia.
Por esta razón, es aconsejable prestar atención a los hábitos del perro para identificar un posible aumento de sed y de la micción. Algunos perros, por ejemplo, comienzan bebiendo del grifo que gotea en el fregadero o de la taza abierta del inodoro. Para determinar cuánta agua bebe el perro, es aconsejable dejar una sola fuente de agua a su disposición y medir la cantidad que ha tomado en las 24 horas. En caso de que el dueño note un consumo excesivo de agua, es aconsejable pedir una cita con el veterinario.
Polidipsia y poliuria en perros: causas
La poliuria y la polidipsia no son específicas de una patología en particular, sino de una variedad de patologías. Los posibles diagnósticos diferenciales incluyen:
- Enfermedades endocrinas
- Hiperadrenocorticismo o síndrome de Cushing (hiperactividad de las glándulas suprarrenales)
- Diabetes mellitus
- Hipoadrenocorticismo o enfermedad de Addison (hipoactividad de las glándulas suprarrenales)
- Enfermedades renales
- Glucosuria renal (un defecto en los túbulos renales que implica la presencia de azúcar en la orina)
- Insuficiencia renal
- Pielonefritis (infección renal)
- Aumento de la producción de orina después de la resolución de una obstrucción del tracto urinario (diuresis post-obstructiva)
- Pérdida excesiva de sodio y cloruro del intersticio medular, generalmente por diuresis, lo que causa una hiperosmolaridad reducida de la médula renal. Este síndrome (renal medullary washout) se caracteriza por una incapacidad para concentrar la orina combinada con poliuria y polidipsia compensatoria.
- Deterioro de la respuesta de los túbulos renales a la hormona antidiurética que normalmente promueve la reabsorción del agua (diabetes insípida nefrogénica)
- Alteraciones electrolíticas
- Hipercalcemia (alta concentración de calcio en la sangre)
- Hipocalemia (baja concentración de potasio en la sangre)
- Policitemia (aumento en la cantidad de glóbulos rojos en la sangre)
- Piometra (infección uterina)
- Enfermedad hepática
- Defecto de liberación de hormona antidiurética de la glándula pituitaria (diabetes insípida central o pituitaria)
- Polidipsia psicógena (problema de comportamiento que conduce al consumo compulsivo de agua)
- Administración de fluidos, sal, diuréticos o cortisonas.
Las causas más comunes de poliuria y polidipsia en los perros son: insuficiencia renal, hiperadrenocorticismo y diabetes mellitus.
Polidipsia y poliuria en perros: diagnóstico
En general, la evaluación del perro que presenta poliuria y polidipsia comienza con la determinación de la concentración urinaria midiendo el peso específico urinario. El peso específico del agua pura es de 1000. La sospecha de poliuria surge cuando el peso específico de la orina es superior a 1035. Esto se puede verificar midiendo la diuresis diaria. Se habla de poliuria cuando la diuresis diaria del perro es mayor de 40 mililitros por kilogramo de peso corporal.
Para determinar la causa de la poliuria y la polidipsia, se pueden requerir varias pruebas diagnósticas. Esto se debe a que estos síntomas pueden ser causados por múltiples patologías diferentes. Estas pruebas pueden incluir:
- Recopilación de antecedentes y examen físico, incluida la palpación abdominal (para verificar el tamaño de los riñones y el hígado), la verificación de la posible presencia de secreciones vaginales en perras y palpación de la glándula tiroide.
- La recopilación del historial médico tiene como objetivo determinar la posible administración de medicamentos (por ejemplo, diuréticos, anticonvulsivos, cortisona, sal o fluidoterapia reciente), el estado reproductivo en las perras (fértiles o esterilizadas), episodios previos con eliminación inapropiada, alteración del olor o la apariencia de la orina y la presencia de pérdida de peso, cambios en el apetito o cualquier otra anomalía.
En general, las pruebas de diagnóstico se eligen en función de los resultados obtenidos tras la recopilación del historial médico y la realización de un examen físico completo. Las pruebas básicas que el veterinario puede recomendar para evaluar al perro con polidipsia incluyen:
- Medición de la cantidad de agua que toma el perro en 24 horas. Puede ser efectuada directamente por el dueño en casa. Es útil para documentar la presencia de poliuria.
- Hemograma completo.
- Pruebas bioquímicas.
- Análisis de orina.
- Urocultivo y antibiograma.
Dependiendo de la situación clínica, el veterinario puede recomendar más pruebas diagnósticas para investigar la causa de la poliuria y la polidipsia, y así garantizar un tratamiento médico óptimo. Estas pruebas incluyen:
- Radiografía abdominal en blanco.
- Clearance de creatinina mediante la recolección de orina de 24 horas para evaluar la filtración glomerular.
- Prueba de evaluación (privación de agua) y prueba de estimulación con ADH (hormona antidiurética).
- Prueba de estimulación con ACTH (hormona adrenocorticotrópica), prueba de supresión de dexametasona (dosis baja y alta) y evaluación de la proporción de cortisol-creatinina urinaria para evaluar la presencia de hiperadrenocorticismo.
- Determinación de los niveles séricos de hormona paratiroidea.
- Ecografía abdominal.
- Radiografía torácica, evaluación citológica de los ganglios linfáticos y medulares para evaluar la presencia de linfosarcoma en animales con hipercalcemia (alta concentración de calcio en la sangre).
- Estudio contrastográfico de los riñones (llamado pielografía intravenosa o urografía excretora) para evaluar la presencia de pielonefritis.
Polidipsia y poliuria en perros: tratamiento
El tratamiento óptimo de cualquier afección médica persistente depende de la formulación de un diagnóstico correcto. El grupo sintomatológico compuesto de poliuria y polidipsia en perros reconoce muchas causas potenciales diferentes y es importante identificar la causa subyacente antes de instituir el tratamiento.
La poliuria y la polidipsia generalmente no constituyen una emergencia (la hipercalcemia es una excepción), pero a veces estos síntomas surgen como resultado de enfermedades graves que requieren atención inmediata (por ejemplo, diabetes mellitus, hipoadrenocorticismo).
- Hiperadrenocorticismo: las pruebas diagnósticas específicas incluyen pruebas de estimulación con ACTH, pruebas de supresión de dexametasona en dosis bajas y altas, evaluación de la proporción de cortisol-creatinina en la orina, ecografía abdominal y, en algunos casos, medición de la concentración sanguínea de ACTH y estudios de imágenes como la tomografía computarizada y resonancia magnética.
- Glucosuria renal: el diagnóstico se basa en encontrar glucosa en la orina en un animal que presenta una concentración normal de glucosa en la sangre.
- Insuficiencia renal: el diagnóstico se basa en pruebas bioquímicas y análisis de orina. El tratamiento se basa en la rehidratación del animal, con el intento de retrasar la progresión de la enfermedad modificando la dieta y en el tratar las complicaciones, como la hipertensión y las infecciones del tracto urinario.
- Diuresis post obstructiva: poliuria que se desarrolla después de la resolución de una obstrucción del tracto urinario. Esta forma de poliuria es transitoria, pero el animal necesita una fluidoterapia adecuada para prevenir la aparición de deshidratación durante la fase de recuperación.
- Diabetes mellitus: el diagnóstico se basa en la alta concentración de glucosa en la sangre y en la presencia de glucosa y cetonas en la orina. El tratamiento depende de la gravedad de la afección y puede incluir hospitalización con terapia intensiva con fluidos concomitante, con la administración de insulina de acción rápida, o tratamiento ambulatorio con insulina de acción prolongada.
- Hipopotasemia: el tratamiento se basa en la corrección de la causa subyacente de la depleción del potasio. Las causas pueden incluir: pérdida crónica de apetito, pérdida crónica de masa muscular, vómitos, diarrea, administración de líquidos con deficiencia de potasio, pérdida de potasio a través de los riñones, alcalosis (pH sanguíneo alto), administración de medicamentos que promueven la pérdida de potasio o la combinación de algunos de los factores anteriores. La administración oral de gluconato de potasio es el método de suplementación de potasio más seguro.
- Hipercalcemia: una alta concentración de calcio en la sangre puede representar una emergencia médica. La hipercalcemia a menudo es sugestiva de un tumor maligno. Se puede recomendar el tratamiento con líquidos intravenosos, diuréticos y medicamentos específicos.
- Diabetes insípida nefrogénica: esta condición surge como resultado de la incapacidad de los riñones para responder adecuadamente a la hormona antidiurética, que normalmente facilita la reabsorción del agua a nivel de los túbulos renales. En general, la diabetes insípida nefrogénica es secundaria a otros problemas (por ejemplo, hipocalemia, hipercalcemia), pero muy raramente representa un defecto congénito del riñón. El tratamiento depende de la causa incitante o puede ser necesario un tratamiento sintomático si no se puede identificar un trastorno subyacente.
- Diabetes central insípida: esta condición surge como resultado del déficit de secreción de hormona antidiurética por la glándula pituitaria en la base del cerebro. Puede ser idiopática (causa desconocida), debido a una lesión en la cabeza o una neoplasia de la glándula pituitaria. Las pruebas de evaluación (privación de agua) y la prueba de estimulación con hormona antidiurética confirman el diagnóstico. Para tratar la diabetes insípida central, un medicamento llamado DDAVP (una forma sintética de hormona antidiurética) se administra por vía intranasal en forma de gotas.
- Hipoadrenocorticismo: se diagnostica mediante la prueba de estimulación con ACTH. El tratamiento consiste en la administración de líquidos intravenosos y el reemplazo de las hormonas esteroides carentes.
- Pielonefritis: esta condición puede ser difícil de diagnosticar, ya que la identificación de infecciones del tracto urinario por urocultivo y antibiograma no localiza la infección renal. El diagnóstico requiere la integración de los resultados de recuentos sanguíneos completos, urocultivo y antibiogramas, estudio contratográfico de los riñones (pielografía intravenosa o urografía excretora), ecografía renal y eventual biopsia renal. El tratamiento requiere la administración de antibióticos a largo plazo.
- Polidipsia psicógena (consumo compulsivo de agua): este trastorno del comportamiento se diagnostica sobre la base de la prueba de sed después de excluir otras causas de poliuria y polidipsia. La mayoría de los veterinarios realizan una privación gradual de agua. El tratamiento incluye modificación del comportamiento, restricción gradual del agua y, a veces, medicamentos para contrarrestar el comportamiento obsesivo compulsivo.
- Latrogenia (causado por un tratamiento): esta causa de poliuria y polidipsia se gestiona suspendiendo el tratamiento médico incorrecto.
- Piometra (infección uterina): esta condición se diagnostica con base en el historial médico (por ejemplo, una perra fértil que no está esterilizada), hemograma completo y radiografía o ecografía abdominal. El tratamiento implica una operación quirúrgica para extirpar el útero infectado y, a veces, las prostaglandinas para expulsar el útero, si está abierto y drenando.
- Enfermedad hepática: se diagnostica mediante pruebas bioquímicas (incluidos los ácidos biliares), ecografía abdominal y biopsia hepática, si es necesario.
Si tienes más dudas, puedes consultar a un profesional cerca de tu casa, que te brindará una buena atención y responderá a todas tus preguntas.
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