Queratoconjuntivitis en perros: ¿que és?, causas, síntomas y tratamiento

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Queratoconjuntivitis en los perros: todo lo que necesitas saber

La queratoconjuntivitis seca en los perros (también conocida como síndrome del ojo seco) es una enfermedad que se caracteriza por una producción insuficiente del componente acuoso de las lágrimas; esta deficiencia provoca, a la larga, una inflamación crónica de la conjuntiva y de la córnea.

Es una enfermedad ocular relativamente común en los perros; de acuerdo con investigaciones recientes, de hecho, más de un tercio de las patologías oculares que afectan a nuestros amigos de cuatro patas están representadas precisamente por el síndrome del ojo seco; todas las razas pueden verse afectadas por esta enfermedad, pero algunas parecen estar más predispuestas, como por ejemplo: el bulldog, el cocker spaniel, el shih tzu, el west highland white terrier y el yorkshire terrier.

Las formas más graves pueden causar una reducción notable de la vista y, en algunos casos, incluso pueden conducir a una pérdida completa de la misma.

Queratoconjuntivitis en perros: causas

La queratoconjuntivitis seca a menudo se asocia a enfermedades inmunomediadas (diabetes mellitus, enfermedad de Cushing, hipotiroidismo, pénfigo, etc.) que influyen en la autodestrucción de las células epiteliales de las glándulas lagrimales.

La patología también puede tener un origen iatrogénico, es decir, puede desencadenarse por el consumo de ciertos medicamentos antibacterianos, antifúngicos, espasmolíticos, etc. (por ejemplo, atropina, sulfasalazina, sulfadiazina, trimetoprima-sulfametoxazol, etc.).

Otras causas están representadas por:

  • Extirpación quirúrgica de la glándula del tercer párpado (cirugía que se realiza en caso de prolapso del mismo),
  • Conjuntivitis (tanto viral como bacteriana),
  • Atrofia senil de las glándulas lagrimales,
  • Lesión del nervio facial,
  • Trauma en la región ocular,
  • Lesión del nervio trigémino,
  • Moquillo,
  • La leishmaniasis.

Queratoconjuntivitis en perros: síntomas

Las manifestaciones clínicas del síndrome del ojo seco en los perros pueden ser diferentes y bastante variadas; a continuación mencionaremos algunas, más o menos frecuentes y características:

  • Ojo seco y opaco; a menudo existe la presencia de drenaje muco-purulento a nivel de los párpados y la córnea,
  • Cierre persistente e involuntario de los párpados (blefaroespasmo causado por la reducción del componente acuoso de las lágrimas; el perro, de hecho, percibe dolor y ardor en los ojos y responde a estos síntomas con un guiño continuo),
  • Blefaritis,
  • Prolapso del tercer párpado (signo no particularmente común),
  • Hinchazón del tejido que cubre los párpados y la superficie ocular (quemosis conjuntival),
  • Enrojecimiento conjuntival,
  • Hinchazón de los vasos sanguíneos conjuntivales,
  • Edema corneal,
  • Cambios corneales (pigmentación y úlceras),
  • Fosas nasales secas (esto es una señal de que hay una alteración en los nervios predispuestos al funcionamiento de las glándulas; la causa es, por lo tanto, neurogénica).

Queratoconjuntivitis en perros: diagnóstico

Como hemos mencionado, la queratoconjuntivitis seca puede causar serios problemas a la vista del perro y por lo tanto es fundamental un diagnóstico precoz; a veces el trastorno se confunde con una conjuntivitis común y, a menudo, esto lleva a un retraso en el diagnóstico.

Si sospechamos que nuestro amigo puede estar sufriendo de queratoconjuntivitis, es necesario consultar al veterinario, quien podrá llegar al diagnóstico realizando un examen que mide el componente acuoso de las lágrimas: la prueba de Schirmer; el examen, que requiere un mínimo de colaboración por parte del perro, se lleva a cabo aplicándole una pequeña tira en el ojo que sirve para evaluar la cantidad de componente acuoso producido.

La prueba de Schirmer se puede combinar con la prueba de fluoresceína, útil para resaltar la posible presencia de abrasiones o ulceraciones.

Queratoconjuntivitis en perros: tratamiento

La terapia de la queratoconjuntivitis en el perro tiene varios objetivos; eliminar el dolor, la inflamación y restaurar la lubricación ocular adecuada.

Por lo general, se prescribe la administración de gotas oftálmicas que tienen acciones calmantes y lubricantes; un medicamento útil para este propósito es, por ejemplo, Oculvet Drops, unas gotas para los ojos a base de PEA (palmitoiletanolamida, sustancia con acción calmante) y ácido hialurónico (sustancia con acción lubricante).

Cuando el problema está relacionado con una enfermedad inmunomediada, además de las gotas oftálmicas, se prescribe la administración de ciclosporina, un fármaco inmunosupresor.

En los casos en que el daño a las glándulas lagrimales es irreversible y la terapia farmacológica no es suficiente para controlar la enfermedad, se puede evaluar la posibilidad de una cirugía.

Si tienes más dudas, puedes consultar a un profesional cerca de tu casa, que te brindará una buena atención y responderá a todas tus preguntas.

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