Como los seres humanos, también los perros pueden contraer resfriados fácilmente.
Aunque los síntomas sean muy similares a los nuestros, sin embargo, el resfriado en los perros tiene implicaciones mucho más serias: el olfato, de hecho, juega un rol de gran importancia en tu amigo de cuatro patas, y esta afectación que limita su funcionalidad compromete su capacidad de relacionarse con el medio ambiente.
Gracias a la nariz, tu perro conoce, explora, se orienta a sí mismo: la obstrucción y congestión de las fosas nasales le impiden a tu mascota percibir el mundo externo.
Además, si se descuida, esta condición aparentemente sin importancia, puede causar fácilmente afecciones más complicadas, como la tos, bronquitis o traqueítis. Por lo tanto, es esencial no descuidarse al observar los primeros síntomas: si el perro estornuda con frecuencia y respira con dificultad, es necesario mantenerlo caliente e hidratarlo adecuadamente.
Absolutamente, no se deben usar terapias caseras: solo el veterinario puede sugerir los medicamentos más adecuados para cada caso y su método de administración.
Cuando se trata de resfriados en perros, el tiempo también juega un rol de gran importancia: generalmente, con la debida precaución, este padecimiento se resuelve espontáneamente dentro de tres o cuatro días, pero consultar un veterinario te ayudará a lidiar con esta eventualidad de la forma más correcta, evitando que a tu amigo de cuatro patas lo afecten complicaciones más graves.
Resfriado en perros: causas y síntomas
Debido a su estilo de vida, el perro particularmente está propenso a los resfriados: la necesidad de salir al exterior para pasear y hacer sus necesidades, lo exponen constantemente a los ataques de algunos virus. A esto se añade el posible estancamiento de la humedad que puede ocurrir después del baño o después de correr bajo la lluvia.
El resfriado en los perros puede tener múltiples causas: además del pelaje húmedo o mojado, los cambios climáticos repentinos pueden favorecer la aparición de un resfriado, también la reducción en las defensas del sistema inmunológico o un cambio repentino de temperatura.
En invierno, uno de los factores más determinantes al respecto, es la calefacción doméstica, que a menudo se ajusta a temperaturas demasiado altas en comparación con las temperaturas exteriores, especialmente si no hay un sistema de humidificación adecuado.
Entre los primeros síntomas del resfriado podemos mencionar los estornudos y un cambio repentino en el comportamiento: el perro a menudo estornuda y tiende a aislarse en su caseta de perros o en otro lugar tranquilo.
Los síntomas comunes son:
- Estornudos continuos,
- Lagrimeo en los ojos,
- Tos,
- Congestión nasal,
- Falta de apetito,
- Agotamiento,
- Fiebre.
Si el catarro es muy fuerte, el perro, además de la secreción nasal, también puede padecer de vómitos.
La incapacidad para percibir olores genera una sensación continua de inquietud: el perro parece deprimido, desorientado y tiene poco apetito.
Además, debido al posible dolor muscular y articular, tu amigo de cuatro patas puede mostrar cierta resistencia para moverse y pasará la mayor parte del día descansando.
¿Cómo curar el resfriado del perro?
El resfriado del perro tiene síntomas fácilmente reconocibles, que te permiten intervenir a tiempo siguiendo algunos consejos sencillos para implementar en el hogar.
De hecho, un perro con un resfriado reciente, puede ser tratado de manera segura en su casa usando remedios y precauciones simples pero que son muy efectivas.
En condiciones normales, de hecho, esta enfermedad del tracto respiratorio es un trastorno transitorio, tiende a curarse espontáneamente en unos pocos días, siempre y cuando el perro sea tratado adecuadamente.
Lo primero que debes hacer cuando notes que el perro estornuda es:
- Evitar dejarlo salir durante las horas más frías del día, además, debes mantenerlo alejado de los cambios de temperatura; durante la caminata diaria, debes tener el cuidado de cubrirlo bien con un abrigo.
- La caseta del perro se debe colocar en un lugar cálido y protegido de las corrientes de aire; en casa, es importante asegurarse de que la temperatura se mantenga constantemente alrededor de los 20 grados centígrados.
- El descanso, en estos casos, es de gran importancia: mantén a tu amigo peludo alejado de cualquier fuente de estrés o molestia, y elige para él un lugar donde pueda dormir tranquilo todo el tiempo que sea necesario.
- Además, el perro resfriado debe estar continuamente hidratado: cuando las vías respiratorias están congestionadas, una buena hidratación ayuda a fluidificar las secreciones, lo que favorece su eliminación. Dale abundante agua, utilizando una jeringa sin aguja o mezclándola con alimentos húmedos en forma de sopa caliente.
- En cuanto a las croquetas, tu perro puede rechazarlas porque le falta apetito o porque le cuesta masticar o tragar: para remediar este problema e incitarlo a comer, puedes ablandar la comida seca con agua o darle comida húmeda directamente como (patè o mousse) que, además de ser más suave y más apetecible, hace una contribución adicional de líquidos al cuerpo de tu mascota.
- Si tu perro está dispuesto, también puedes darle un té de hierbas curativas: en este sentido, los tés de flores de equinácea o de caléndula son un excelente tratamiento para curar el resfriado.
- Para descogestionar su nariz, el vapor también puede ser muy útil: puedes usar un aparato especial o, simplemente, abrir los grifos de agua caliente en el baño con la puerta cerrada, esperando que se forme vapor de agua. Otra alternativa para crear vapor «casero» es la olla tradicional de agua humeante colocada en un pequeño espacio cerrado, donde tu perro pueda recibir las emisiones de vapor.
No debes hacerle tratamientos farmacológicos por ti mismo: la administración de antibióticos u otros medicamentos sin la prescripción del veterinario puede causarle a tu perro efectos secundarios muy graves.
Resfriados en perros: causas del contagio y posibles complicaciones
Al ser un virus, el resfriado de un perro es una enfermedad contagiosa que debe mantenerse bajo control, especialmente si hay otros perros o gatos en la casa. Tan pronto como notes el primer estornudo de tu perro, asegúrate de reservar un área del ambiente doméstico donde tu mascota no pueda entrar en contacto con otros animales.
Presta mucha atención a la higiene: limpia bien todos los objetos de tu perro después de cada uso (recipientes y platos, juguetes, utensilios), desinfecta regularmente los pisos y otras superficies; lava y cambia con regularidad los artículos textiles de la caseta de tu perro (mantas, almohadas, coberturas externas).
Mantén a tu mascota libre de secreciones: usa toallitas húmedas desechables para limpiar suavemente el drenaje nasal y ocular, preferiblemente elige aquellas que estén empapadas con manzanilla o esencia de aloe vera para calmar las pequeñas irritaciones de la piel.
Con estos pequeños trucos reducirás la propagación de bacterias en el medio ambiente, mientras aceleras la curación de tu perro.
Resfriados en perros: ¿Cuándo contactar al veterinario?
Si después de 5 o como máximo 7 días, incluso aplicando todas las precauciones necesarias, no observas ninguna mejora, no dudes en ponerte en contacto con el veterinario: si te descuidas, el resfriado del perro puede causar traqueítis, bronquitis y otras patologías del sistema respiratorio que, además de causar una considerable incomodidad para tu perro, pueden requerir una terapia prolongada y exigente.
Además, un perro que experimenta síntomas de resfriado durante mucho tiempo, puede haber contraído una infección viral más grave, como el moquillo.
Los tiempos se acortan si tu perro es cachorro o anciano: en estas fases particulares de la vida, de hecho, el organismo canino muestra una marcada fragilidad hacia los virus y bacterias debido a un sistema inmunológico más débil. En estos casos, el enfoque veterinario debe tener prioridad para evitar la aparición de complicaciones que pueden debilitar aún más las defensas del cuerpo de tu mascota.
Si el resfriado de tu perro se descuida o es causado por una condición de debilitamiento físico general, puede provocar afecciones más graves, el veterinario puede prescribir un tratamiento basado en antibióticos y, si es necesario, también antiinflamatorios.
Solo el veterinario, recordamos, puede prescribir los medicamentos más adecuados para cada padecimiento del perro, después de un cuidadoso análisis de salud de la mascota: en la elección del tipo de fármaco y en la posología, de hecho, la terapia deberá tener en cuenta diferentes factores (como la edad y peso, cualquier patología o deficiencia, tratamientos quirúrgicos o farmacológicos previos), para tratar efectivamente la infección sin riesgos secundarios.
Por la misma razón, evita darle a tu perro medicamentos para tratar las enfermedades en seres humanos, o sin el consentimiento del veterinario: además de ser ineficaces, estas sustancias pueden envenenar a tu mascota y causarle un daño irreversible en su organismo.
Resfriados en perros: la importancia de una buena prevención
Hay varios factores que pueden ayudar a prevenir el resfriado en perros. Un sistema inmunológico fortalecido, por ejemplo, le permite a tu mejor amigo defenderse mejor de los ataques de virus: es por eso que es esencial alimentarlo de manera saludable y equilibrada, optando por alimentos ricos en proteínas, vitaminas, sales minerales y antioxidantes.
No debes alimentar a tu perro con pasta, pan, dulces o productos azucarados: los cereales, alimentos demasiado grasos y azúcares, son dañinos e indigestos para el intestino del perro, causan trastornos digestivos y dificultades de absorción que pueden dificultar una nutrición óptima y debilitar las defensas del sistema inmunológico.
También es recomendable una buena hidratación: si el perro está bien hidratado puede mantener su cuerpo en plena eficacia y libre de toxinas. Asegúrate que tu perro beba agua para hidratarse (especialmente en verano), dejando siempre disponible agua fresca y limpia en su recipiente.
Alterna croquetas y alimentos húmedos para proporcionarle a su cuerpo la cantidad adecuada de agua y nutrientes necesarios.
Atención a los cambios climáticos: en otoño e invierno, proteje a tu perro siempre con un abrigo o prenda impermeable durante las caminatas diarias. En caso de lluvia repentina, siempre lleva un paño o toalla suave: para contrarrestar la aparición de resfriados, de hecho, es extremadamente importante secar inmediatamente su pelaje húmedo, evitando así que la humedad se acumule en su piel.
Lo mismo ocurre con el baño
Cómo bañar a nuestro perro: frota a tu perro durante mucho tiempo después del lavado y asegúrate de secarlo bien. Evita bañarlo en los días más fríos: en estos casos, es mejor usar toallitas húmedas o un champú seco.
Además, en invierno, evita que tu perro salga bruscamente de un ambiente doméstico calentado: la transición repentina de un interior muy cálido a una temperatura exterior helada es una de las principales causas de la congestión nasal.
No descuides los primeros síntomas: incluso si los humanos estamos acostumbrados a considerar nuestro resfriado como algo poco importante, el mismo padecimiento puede tener implicaciones y consecuencias mucho más graves para nuestros amigos de cuatro patas. Por lo tanto, siempre es bueno no subestimar el problema y ponerte en contacto con tu veterinario de confianza tan pronto como sea posible, incluso solo por consejo o por una aclaración veterinaria.
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